III. MADRID.  LA EXPERIENCIA CASTELLANA. (1871-1874)

 

1. Madrid

Gracias a su fructífera relación con Víctor Balaguer, Galofre se desplaza finalmente a la capital de España en busca de nuevos horizontes.

Su partida queda reflejada  en la carta  que Ramón Damón  dirige con fecha del 7 de octubre[1]  a Víctor Balaguer  indicando en la posdata que Mañana creo que sale  para allí el hijo de Galofre por lo que intuimos que en un primer momento le recibiera este último en Madrid.

 Su despedida seria acogida por sus padres con profundo dolor pero aun  a su pesar, le ayudarían sufragándole las expensas del viaje con la cantidad de veinte duros.[2] De hecho el artista anhelaba desde hacia tiempo su propia independencia, ya que según el mismo afirmaba no deseaba que mis padres hicieran más sacrificios para mi sustento y educación.[3]

Parece ser que esta decisión de ir a Madrid  fue un tanto precipitada pues inicialmente los planes del artista todavía en septiembre eran el de  ejercer como  profesor de dibujo y pintura  para el curso 1871-1872 en el colegio-Academia de Flavian Cañellas sito en la calle Conde de Asalto, 3 de Barcelona[4].

Baldomero Galofre "El encierro de los toros" 1871

El pintor llega finalmente a Madrid  con un baúl nuevo lleno de dos grandes carpetas repletas de unos dos mil dibujos como único aval de su valía  pero desgraciadamente les son sustraídas nada más llegar a la ciudad por un especulador quien  los vendería diez años más tarde a buen precio en América del Sur. Por lo que  al cabo de un mes se quedó falto de recursos y   se vio obligado a trabajar durante el día en una empresa particular.[5] 

 Sus pocas horas libres las dedica a recorrer el museo del Prado, en el cual descubre por primera vez los grandes maestros de la pintura.

 De todas formas  no figura en el registro de copistas del museo[6], algo posiblemente normal debido a su condición de pintor paisajista, en cambio si aparecerían en dicho registro otros futuros compañeros de pensión como Francisco Pradilla[7]. El mismo pintor confesaría años más tarde  que  No he hecho nunca una copia porque la considero inútil, así como tampoco he consultado nunca un libro para hallar un asunto. Para mí la naturaleza habla y lo dice todo[8]

 Sin embargo en esta afirmación  hay que ser precavidos, puesto que posteriormente en Roma, Galofre sería acusado de realizar copias de asuntos de láminas por su director Casado del Alisal, siendo una de las causas de su posterior pérdida de pensión. Lo mismo podrá aplicarse como veremos a varios de los dibujos que realizará para ilustrar la prensa escrita, pudiendo comprender dichos sucesos  puntuales por estar  condicionados a la necesidad de dar salida a sus compromisos comerciales adquiridos. De todas formas no comprenderemos en Galofre su reiterada negación en reconocer una cierta dependencia  de recurrir a los grabados o a la fotografía para realizar  sus composiciones, práctica  esta ultima que por otro lado sería cada vez más habitual en todos los pintores, incluidos los propios impresionistas... Igualmente hay que resaltar que cuando el artista llega  a renegar de su dependencia de los grabados, dicha aseveración   la realizaría años más tarde, cuando su máxima preocupación en esos momentos era incidir en su pasión directa por la naturaleza e intentaba desmarcarse en todo lo posible respecto al resto de pintores academicistas que realizaban una pintura decimonónica.

Lavanderas en el Manzanares.

En referencia al Prado, para Josep Iglesias  el influjo del museo fue prácticamente nulo pero  ...la parte externa y superficialmente brillante de Goya le dejará un reflejo en su posterior pintura[9] mientras que Esteban  Casado Alcalde observa en algunas de sus composiciones posteriores un sentido monumentalista de aire escultórico pues hay un cierto eco de esos apostolados de cuerpo entero barrocos como de Ribera, o quizá la pervivencia de algunas figuras de cartones para tapices de Goya o Bayeu[10].

A nuestro entender, lo que si es cierto es que a partir de entonces, las figuras adquirirán un volumen más corpóreo y llegarán a alcanzar un mayor protagonismo, armonía y complejidad compositiva en sus creaciones.

 Un caso ilustrativo es  la obra El encierro de los toros  (1871)  (Ref. 35) en donde las figuras, en detrimento del paisaje, adquieren por primera vez el principal protagonismo La pintura se apropia de la luz y de la sobriedad castiza, mientras que la temática del encierro de los toros  conecta de algún  modo con el sentir de los pintores del costumbrismo romántico, como de la obra Garrochista (Ref. 36)  del andaluz José Elbo  [11]  y de varias obras de Joaquín Díez pintor este ultimo que se especializó igualmente en la temática de los toros y garrochistas.

Finalmente, en referencia a los pintores del museo del Prado,  recordemos las propias declaraciones del artista sobre su interés por los grandes maestros  de la pintura en las que afirmará que sus pintores antiguos preferidos son Velázquez, Rubens, Ribera, Ticiano y  el Veronés. [12]

 Además de frecuentar el museo, Galofre asiste por la noche a una clase libre de acuarela, posiblemente a los cursos nocturnos de la Agrupación de acuarelistas que organizaban desde 1869 los pintores Casado del Alisal y Martínez de la Espinosa, pintor este ultimo que influiría en su forma de componer los grupos de figuras. A los citados cursos asistía también el pintor aragonés Francisco Pradilla[13], que en lo sucesivo coincidirá en la futura carrera artística de Galofre.[14]Sin embargo no nos queda constancia como si han revelado otros autores, de su paso por la Academia de Bellas artes de San Fernando.

En Madrid también frecuenta la Academia de arte del pintor  de Ramón Guerrero, padre de la reconocida actriz en la que vuelve a coincidir con Francisco Pradilla, Ferrán y Casto  Plasencia[15].

 

2. La Ilustración Española y Americana. Galofre Ilustrador

Baldomero Galofre "Un vendedor de perros" 1872


Su primer paso significativo en Madrid será su nuevo trabajo como ilustrador a partir de marzo de 1872 en La Ilustración española y Americana. Para ello tuvo que previamente pasar unas pruebas de dibujo sobre madera ante Bernardo Rico[16],  director artístico de la publicación. Si bien lo más probable es que  su valedor Víctor Balaguer hubiera mediado previamente mediante una recomendación  al director  de la publicación  Abelardo de Carlos, pues el Sr. Balaguer mantenía una gran amistad con el.

Bernardo Rico, por otro lado, además de buen grabador, era un consumado especialista en la acuarela y llegó a dirigir la Sociedad de Acuarelistas.[17] Tampoco descartamos un posible encuentro de Galofre con su hermano, el pintor Martín Rico[18] que además de colaborar en la mencionada publicación se encontraba  en octubre de 1871 en el Escorial realizando unas ilustraciones del sepulcro de Carlos V.[19]. Esto podría explicar también alguna influencia del modo de proceder de este artista en varias obras de Galofre de este periodo como las acuarelas que realizaría  del río Manzanares.

Valeriano D. Becquer "El mendigo de Toledo"

Este primer trabajo como ilustrador lo desarrollaría en sus horas libres y le reportaría sustanciales ganancias .Ello le permitiría proseguir con cierta holgura sus enseñanzas y realizar excursiones artísticas por las tierras de Castilla.

En parte, en Madrid, Galofre seguiría los mismos pasos que sus  compañeros catalanes como José Luis Pellicer   y Ramón Padró que se abrían el camino   como ilustradores colaborando en los semanarios Gil Blas, El Cohete,  Madrid Cómico.

Leonardo Alenza. "El mendigo"

La colaboración con La Ilustración Española y Americana, le ocuparía con intensidad un año completo, iniciándose con la aparición de su primer dibujo en el número del 24 de marzo de 1872  y dándose por finalizado con el publicado al correspondiente del  1 de marzo de 1873.

Posteriormente al cabo de un año, algunos de sus grabados aparecerían publicados de nuevo en la publicación  madrileña El Bazar.

De todas formas sus dibujos son un tanto ajenos a su forma de trabajar anterior y como veremos el artista recurrirá a modelos externos para suplir sus carencias compositivas pues las imposiciones que conllevan  los encargos de figuras para la ilustración no se adaptan todavía bien a sus cualidades plásticas.

Sus ilustraciones, que podemos valorar a través de los no muy siempre logrados grabados,  abarcan  desde narraciones de sucesos de la actualidad  que poseen sobre todo  un valor narrativo como El caballero  Eulaldo Valls y Roca, deteniendo los caballos de un carruaje de Palacio (Ref. 38), hasta otros más sentidos y profundos como la obra Orillas del Manzanares en Madrid, en una tarde de septiembre (1872)   lugar pintoresco  de Madrid y predilecto de los artistas,   del cual Galofre realizaría varias acuarelas dando testimonio de la precariedad de sus gentes y de  los cobertizos para tender la ropa.[20].

Baldomero Galofre . "Un buhonero de Toledo" (1872)

Otras ilustraciones representan a  tipos populares de clase baja como Un vendedor de Perros. Madrid  (Ref. 39)  que retoman la creación de la tipología de personajes  iniciada ya en el primer tercio del siglo XIX por Leonardo Alenza  (Ref. 40) El mendigo, en publicaciones como  Los Españoles pintados por sí mismos y que en estos años  vuelven a estar en boga derivando en el llamado  segundo costumbrismo[21].

Al mismo tiempo, denotan una forma de ejecución similar a las numerosas ilustraciones que Valeriano Bécquer llenaba las paginas de aquel entonces en  La Ilustración de Madrid y en la propia Ilustración Española y Americana[22] como la obra  El pordiosero de Toledo (Ref. 42)

Gustave Doré "El pescador y el pececito" 1867

En la obra de Galofre Un buhonero de Toledo[23]  (Ref. 43) que forma parte de esta tipología de obras nos encontramos en que el artista, va confirmando  su fijación por Gustave Doré pues, de una forma un tanto picaresca,  copia literalmente la figura del viejo sentado de la  obra El Pescador y el Pececillo  (Ref. 44) que realizó Doré para ilustrar Las Fabulas de La Fontaine (1867) si bien en el semanario nos indican equivocadamente que fue captado del natural:

El señor Galofre, a cuyo hábil lápiz es debida la característica figura de la citada página, ha sabido copiar fielmente ese popular tipo toledano: diríase que el artista, al encontrar en un camino el original de aquella, sacó su álbum de apuntes y supo ejecutar un exacto retrato[24]

 Este incidente nos señala dos aspectos de su obra, por un lado su dificultad en esos momentos de llevar a cabo composiciones de figura de composición propia, -recordemos de nuevo que Galofre había recibido sobre todo una  formación paisajista- . Por otra parte, su confirmada fijación  por las composiciones de  Gustave Doré y en un futuro, por los dibujos de carácter más pintoresco que ilustraban entonces  las diversas entregas de la revista  Le Tour du monde  sobre el Voyage en Espagne escrito por  Charles Davillier y que serian posteriormente recopiladas en la edición definitiva del libro

Esta publicación la tomaría posteriormente como modelo para representar sus representaciones de tipos hispanos[25].

Baldomero Galofre. La pesca del bou en la costa de Cataluña. 1873.

 Finalmente destacamos en este periodo los paisajes todavía deudores del realismo  que sitúa en  Cataluña, que son las obras en que encontramos al Galofre arraigado todavía con su pasado y reconciliado con su tierra. Prueba de ello es el Nacimiento del río Francolí (46)y Salida para la pesca del Bou en la costa de Cataluña (47).

 Por ultimo destacamos algún dibujo que hemos localizado que publicó en el London Illustrated News en 1873 Vol. LXIII como Un voluntario carlista[26]

 

3. El descubrimiento de Castilla  Toledo. Salamanca. León   

 Desde Madrid, Galofre, de carácter inquieto, pasa largas temporadas en Toledo donde se encuentra por primera vez con su paisano Fortuny[27] y con el cual entabla una cordial amistad. El encuentro bien pudo producirse en una escala técnica del mes de junio de 1872 coincidiendo cuando Fortuny regresaba de Roma para dirigirse a Granada haciendo escala en Madrid, o en el mes de octubre del mismo año cuando regresa de Granada para dirigirse a Italia, parando previamente en la casa de los Madrazo en Madrid.  [28]. Prueba de la inmediata influencia que Fortuny  empieza a ejercer en la obra del artista es una interesante acuarela Afueras de Toledo (1873) (Ref. 48), que ya presenta tímidamente una factura de mayor soltura y movimiento, así como una perspectiva abrupta de los montículos del horizonte  que nos insinúan creaciones de Fortuny del norte de África como  Árabes subiendo una cumbre, (49) Hispanic Society, Nueva York.

 En otra pintura  al óleo  algo posterior, Plaza de Toledo (1874) (Ref. 50) observamos que Galofre sigue la misma estructura compositiva   que el famoso cuadro  de Fortuny Ayuntamiento viejo de Granada (obsérvese a la izquierda el mismo encuadre general de la obra, con la fachada y el recorte del campanario) obra que por otra parte,  fue sumamente copiada e imitada por sus contemporáneos[29]. Por otro lado, las figuras que pueblan la obra se modulan y perfilan como las del joven Pradilla y existe un gusto por representar los juegos lineales de las arquitecturas similares a la del artista local Ricardo Arredondo, el cual al igual que Galofre y el mencionado pintor aragonés  colaboraban como asiduos ilustradores en la Ilustración Española y Americana. Ver Convento y calle de Santa Isabel. La ilustración  Española y Ameicana, 1 diciembre 1873.


También encontramos otras  fuentes de inspiración en las composiciones  y disposición de las figuras de  varios aguafuertes como “Feria” (52) y Rosario” (53) que el pintor y grabador Juan José Martínez Espinosa  publicó en el libro El Grabador al Agua Fuerte y que recién acababa de ver la luz a principios  de 1874.

Además  Toledo poseía  intrínsecamente, una extensa tradición pictórica,  numerosos artistas  la habían plasmado ya con sus pinceles, desde  Genaro Pérez Villaamil,  los hermanos Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer, Martín Rico que acostumbraba a pasar largas temporadas y sobre todo  por los innumerables  artistas extranjeros itinerantes que realizaban sus libros de viajes.[30]

 Paralelamente, el artista, como si no quisiera todavía  abandonar por completo su pasado   paisajista, expone en 1872 la que quizá es su última obra  con tradición realista con el premonitorio título de  “Ultimo crepúsculo vespertino después de la lluvia” en la Exposición de Bellas Artes de Barcelona.[31]

En 1873 pasa una temporada en Salamanca estudiando sus monumentos, participando en su Exposición Artístico Industrial  cuyo reglamento es elaborado por la Academia de Bellas Artes de San Eloy.

Allí obtiene varias recompensas, presenta un cuadro al óleo que le hace ser merecedor del titulo de Socio de mérito de su Academia de Bellas Artes[32]  y por las acuarelas expuestas obtiene una medalla de plata. Como testimonio de su paso por dicha ciudad pintaría la  obra Recuerdos de Salamanca,  que presentaría posteriormente en la Exposición barcelonesa de 1874. Posteriormente, Salamanca seguiría estando presente en la temática de sus pinturas, al cabo de unos años realizaría Un grupo de saltimbanquis pidiendo permiso al alcalde de Salamanca para dar sus representaciones y Alrededores de Salamanca[33]

 Muestra del reconocimiento que alcanza el artista en este momento   es la cita que le dedica el crítico  Tubino, al nombrarle como eminente acuarelista junto a artistas  de la talla de Raimundo de Madrazo, Fortuny, Pradilla y Plasencia.[34]

 Galofre, infatigable, prosigue sus excursiones artísticas por Ávila, Asturias y finalmente León, donde pasa el primer semestre de 1873. En esta ciudad coincide con el arquitecto Juan de Madrazo y Kuntz[35],  que se encontraba realizando los trabajos de restauración de su catedral, y con el cual inicia una amistad. Es peculiar en todo caso, el hecho que se relacionasen años después  dos miembros de familias cuyos ancestros habían  tenido serias disputas profesionales como eran el hermano de Juan, Federico de Madrazo  y el tío de Baldomero, José Galofre y Coma y que ya nos hemos ocupado en el primer capítulo. Lo mismo puede objetarse en menor medida respecto a su relación con Fortuny pues estaba casado con Cecilia de Madrazo.

En León, una noticia le cambiará su vida. La prensa local informa[36] que se presenta un concurso para proveer las plazas de pensionado para la Academia Española de Bellas Artes en Roma, recién creada por Emilio Castelar.

Animado por Juan de Madrazo , decide dirigirse inmediatamente a Madrid. Pero carente de recursos para efectuar el viaje, es ayudado por un conocido  sastre de Madrid de la corte, el Sr.  Mexia que le presta 800 reales a cambio de una carpeta de acuarelas como garantía.[37]

 

 

 4. Las pruebas de pensionado para la Academia Española en Roma

 

Antes de todo hay que recalcar, que la convocatoria estuvo bastante  politizada pues casi todos los artistas que se presentaron hicieron valer sus influencias.

Así, parece ser que  José Casado del Alisal , su director, dio pruebas de favoritismo e hizo venir a Francisco Pradilla y Casto Plasencia que se encontraban en Galicia y que los eligió, designó y preparó según sus deseos.[38]  Jaime Morera, tendría a su maestro Carlos de Haes, miembro del jurado como su principal aliado, mientras que Baldomero Galofre, por su parte tendría como principal valedor  a Víctor Balaguer, entonces ministro de Ultramar que contribuyó muy eficazmente .Tampoco descartamos  la  posible mediación del político y periodista José Güell y Mercader [39]  que al igual que Galofre, era originario de Reus y que desde 1873 ejerció como diputado en las cortes de Madrid.

 Finalmente, Galofre  concurre por la única plaza de pintura de paisaje convocada por la Academia cuyo tribunal está formado por Carlos Luis de Ribera, José Casado del Alisal, Joaquín Espalter, Carlos de Haes, Domingo Martínez, Dioscóreo de la Puebla, Ignacio Suarez Llanos y José Vallejo.[40]

.Inicia los primeros ejercicios[41]  el 20 de octubre pero  debido a la larga duración de los mismos y con motivo de la frialdad del invierno se acuerda otorgarle cien reales al mes para braseros.

Finalmente, dos catalanes,  Jaime Morera y Baldomero Galofre consiguen el primer y segundo puesto de la plaza de paisaje respectivamente por lo que el artista de Reus se queda temporalmente fuera de la elección.

Pero por azares del destino,  la plaza en la disciplina de grabado en dulce se declara desierta debido a  la baja de calidad de los ejercicios presentados por los aspirantes, por lo que el jurado acuerda finalmente conceder  una segunda plaza  extraordinaria de pintura de paisaje para Galofre.

Sin embargo las biografías sobre el artista del siglo XIX ofrecen una segunda versión según la cual también se tuvo que echar a suertes la concesión de  la plaza.[42] El 27 de febrero de 1874 se efectúa el definitivo nombramiento. El camino hacia Roma está decidido.

En mayo de 1874, organizado por don Pedro Bosch, expone en los salones de la Platería Martínez “unas muy buenas acuarelas” junto a cuadros de Rosales, Fortuna y Pradilla.[43]

[1]Carta de Ramón Damon a Victor Balaguer, 7 octubre 1871 Num. 7103137 7102748 Biblioteca Victor Balaguer Vilanueva y la Geltrú.

 [2]La Ilustración, Barcelona, 21 noviembre 1886.

 [3] EDWARD BOWEN PRESCOTT “Modern Spanish Art” en Harper’s New Monthly Magazine. Nueva York, marzo 1888

 [4] Ver anuncios del colegio-Academia de Flavian Cañellas en La Convicción, Barcelona, 3, 10 y 17 de septiembre de 1871.

 [5]T.y T. “Bellas Artes. Exposición Galofre” en El Barcelonés, Barcelona 11 noviembre 1886

 [6] ESTEBAN CASADO ALCALDE Pintores de la Academia de Roma. La primera promoción. Madrid.1990

 [7] Según E.Casado Alcalde , Pradilla aparece en el registro de copiantes del Prado el 4 de abril de 1866 y renueva su solicitud el 9 de abril de 1869.

 [8] FRANCISCO CASANOVAS, .Necrología del ilustre pintor catalán Baldomero Galofre leída el 15 de noviembre, en la solemne apertura de la exposición de sus obras en el Palacio de Bellas Artes de Barcelona. Barcelona 1903

 [9]JOSEP IGLESIAS  Baldomer Galofre Ximenis. Reus 1953?

 [10] ESTEBAN CASADO ALCALDE Pintores de la Academia de Roma. La primera promoción. Madrid.1990

 [11] La obra Garrochista al igual que otras de José Elbo como Vaquero con ganado serían litografiadas a mediados del siglo XIX por lo que nuestro artista podría haberse inspirado para sus composiciones de igual temática..Vease  BEGOÑA TORRES GONZALEZ “José Elbo y la temática taurina” en José Elbo y la pintura romántica. Madrid 1998 y ANTONIO RUIZ GUERRERO El pintor romántico José Elbo.Ubeda 1998. Y Barcelona. Barcelona 1903

[11]JOSEP IGLESIAS  Baldomer Galofre Ximenis. Reus 1953?

 [12] BALDOMERO GALOFRE “Declaraciones íntimas.” L´Atlantida. Barcelona, 23 de diciembre de 1898.

 [13] WILFREDO RINCON Francisco Pradilla Madrid 1987 citando les memorias de HermenegildoEstevan

 [14] Además de coincidir en las mencionadas clases de acuarela, pintaran ambos las orillas del Manzanares, colaborarán simultaneamente en La Ilustracion Española y Americana y coincidiran juntos aunque en disciplinas diferentes a las pruebas de pensionado de Roma.º

 [15] ROCA Y ROCA ·La semana en Barcelona” en  La Vanguardia, 31 mayo 1896

 [16] Bernardo Rico y Ortega (1824-1894) colaboró  igualmente con la Biblioteca Ilustrada , El Museo Universal, El Semanario pintoresco y fundó junto a Gasset y Artime en  La Ilustración de madrid. Fundó la sociedad artística La Acuarela y presidió el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Ilustro infinidad de obras de Fernandez y Gonzalez.

 [17] “Bernardo Rico” en Blanco y Negro, Madrid 22 diciembre 1894

 [18] Prueba de que ambos se conocieron en vida nos lo atestigua la siguiente anécdota intrascendente.“En una fecha se encontró en el Salón Parés  con José Cusachs que alardeaba de ser el mejor pintor de caballos de España y Galofre le contó la siguiente anécdota: Un día que me encontraba junto a Martín Rico y alababamos a Rosales y Pradilla, atajé las alabanzas diciendo Sí, son excelentes pintores, pero.. para cuadritos, Rico.¡Esto mismo¡ contestó Cusachs, ¡muy bien¡ Para caballitos, Cusachs¡”LUIS MASRIERA “Cusachs”. Anales y Boletín de los Museos de Arte de Barcelona. Vol.II-4 Barcelona octubre 1944

 [19] CLAUDE RICO ROBERT.”Un joven pintor en el Escorial a mediados del siglo XIX. Martin Rico Ortega”. Fragmentos. Madrid 1985.

 [20] ...Estas lavanderas cavan en la arena  unos hoyos, que ellas llaman lavaderos, en los que retienen todo lo más que pueden las avaras ondas del pequeño curso del agua..El lecho del río sustenta a muchas chozas de cañas, destinadas a defender a las lavanderas de los rayos del sol. Tambien se ven largas filas de pertigas, dispuestas paralelamente, y en las cuales se secan los paños menores de Madrid.  CHARLES DAVILLIER “Madrid cultural y religioso- El manzanares” en  Viaje por España. Sobre una descripcion  detallada. vease de VENTURA RUIZ DE AGUILERA “Las lavanderas del Manzanares “en El Museo Universal.

 [21] VALERIANO BOZAL.La Ilustración gráfica del XIX en España. Madrid 1979.

 [22] Ver PEDRO ALFAGEME RUANO, El romanticismo sevillano. Valeriano Becquer ilustrador. Padilla libros. Sevilla 1989 y Mª. D. CABRA LOREDO,. La Ilustración de Madrid. Madrid 1983

 [23] Un buhonero es un vendedor ambulante de baratijas, (deriva de buhonería)

 [24]. “Nuestros grabados. Un buhonero” en La Ilustración Española y Americana, Madrid, 16 de agosto de 1872, p.486.

 [25] La recopilación del libro del viaje de Doré y Davillier que realizaron en España en 1862 no se imprimiría hasta 1874 pero el artista conocería sus  grabados en  las distintas entregas de la  revista Le Tour du Monde de 1866 y 1869 (De Toledo a Madrid)

 [26] La obra aparecio referenciada en una subasta ebay.

 [27]  T.y T. “Bellas Artes. Exposición Galofre” en El Barcelonés, Barcelona 11 noviembre 1886

 [28] Sin embargo no se tiene constancia en los diversos estudios biográficos sobre Fortuny de un encuentro suyo con Galofre en Toledo. , CARLOS GONZALEZ y MONTSERRAT MARTI AIXELÁ, Mariano Fortuny Barcelona 1989

 [29] MONTSE MARTÍ AIXELÁ “Mariano Fortuny Marsal en Granada” en Fortuny en Granada. Familiares, amigos y seguidores. Granada 1999

 [30] ANGELINA SERRANO DE LA CRUZ PEINADO Las artes plásticas en Castilla La Mancha. De la Restauración a la II República (1875-1936). Toledo 1999.

 [31]Catalogo de la Exposicion de objetos de arte celebrada en el edificio de la sociedad para exposiciones de Bellas Artes en Barcelona. Septiembre y octubre de 1872. Establecimiento tipográfico de José Miret.Barcelona 1872.

 [32] Así aparece registrado en el catalogo de la Primera Exposición General de Bellas de Barcelona de 1891. Ossorio dice que fue individuo honorario

 [33] ELIAS DE MOLINS 1889

 [34] JESUSA VEGA “La estampa culta en el siglo XIX” en El grabado en España (siglos XIX-XX). Summa Artis. Madrid 2000.Citando fuentes de Tubino.

 [35]  Las fuentes nos hablan que fue Pedro de Madrazo pero en realidad fue Juan.

 [36] El primer anuncio oficial de la creación de la Academia en Roma se publicó el 8 de agosto de 1873 en la Gaceta de Madrid.

 [37]La Ilustración, 21 noviembre 1886.

 [38]Los primeros pensionados de pintura de la Academia de Bellas Artes de Roma.B.D. Historia Arte Diego Velazquez.C.S.I.C.,  R.22.521

 [39] José Güell y Ferrer (Reus 1840-1905) fue político y periodista, colaborando en numerosas publicaciones como El Globo y la Ilustración Española y Americana. Fue sobradamente conocido por prestar ayuda a numerosos reusenses que deseaban mejorar su situación en Madrid. Mantuvo correspondencia con el artista y en 1877 le dedicaría un artículo publicado en la Ilustración Española y Americana.

JOSEP IGLESIAS Güell y Mercader i el segon volum de Coses de Reus. Reus 1965.

 [40] Sobre un detallado estudio sobre las pruebas de pensión y datos técnicos vease M. BRU ROMO  La Academia Española de Bellas Artes en Roma  Madrid 1971.

 [41]Estos consistirán en un estudio al natural dibujado sobre papel en tamaño 0 ,40 metros, que deberá ejecutarse en tres sesiones, cada una de teres hora.Un estudio del natural pintado al óleo, en lienzo de 0,50 metros y ejecutado en cuatro sesiones de tres horas cada una y un cuadro de un metro pintado al óleo, el cual servirá de asunto el estudio anterior, reproducido con las modificaciones convenientes y ejecutado en el termino de un mes, pudiendo hacer además los estudios de detalle que estimen oportuno. Reglamento de la Academia de Bellas Artes en Roma aprobado en 7 octubre de 1873..De la manera de proveer las plazas de pensionado de número.Art.31 Los ejercicios para la Pintura de paisaje.

 [42]“Diecinieve artistas se presentaron a disputarse la pensión de pintura del paisaje, entre ellos el joven reusense Baldomero Galofre; diecisiete fueron desechados, quedando sólo dos, de relevantes cualidades artísticas. El jurado vacilaba: no atreviendose a dar su veredicto a favor  de ninguno de ellos, puesto que ambos revelaban mérito y talento. Se acudió a la suerte; que fue adversa a Galofre, pues era uno de los dos: pero condolido luego el jurado al ver que quedaba sin protección y hasta cierto  punto desairado, un artista que valía tanto como a aquel á quien había favorecido la fortuna, pidió y obtuvo del Gobierno de la República la creación de otra plaza pensionada en la Academia de Roma , y la confirió por unanimidad a nuestro pintor.”

“La exposicion Galofre”. La Democracia, Barcelona, 28 octubre 1886

 [43] “Gacetilla” en La Iberia, Madrid 24 mayo 1874.